lunes, 28 de diciembre de 2009

Tres grandes para terminar el año en La colina de la vida

Balance 2009

Enero como casi todos los inicios fue capaz de renovar las esperanzas de un mejor año, eso estuvo y estará en la boca de todos los brindis y es tan certero que te deja transitar al menos un mes entero con la fuerza de la convicción o sea con la cabeza en alto. Con todo ese ímpetu se creó este blog! Con todas las ganas, como arrancan las locomotoras que saben de vías y destinos y de ir siempre para adelante. Pero la primera parada, fue la de febrero, una estación con un dejo de olor a mar mezclado con el sabor de la escuela, el cielo se volvió tiza, la modorra tuvo horarios, la matemática tuvo sentido en los cuadernos, las mañanas refrescaron, los himnos sonaron a tiempo de rock. Fue fácil entender que con todo el sucundum de las olas de Las Grutas, las lecciones se manifestaran arrebatadoras y palpitantes, así pasó marzo. Nunca hubiera imaginado que un otoño tan apacible fuera capaz de desatarse en tormenta y desbaratar el orden del tren. Pero así son los otoños siempre llenos de caídas, caídas de hojas de lluvias de cuerpos, y este abril Rodri se llevó una mochila de ausencias demasiado pesada para cargar y cayó. Aprendimos que uno no puede estar ausente y que las ausencias pesan y provocan caídas. Las angustias viajan en baúles, allí las pusimos los adultos, y las encerramos para seguir el viaje! La siguiente parada fue en mayo cuando los oídos se llenaron con los Jonas Brothers en un estadio que nos hinchó el corazón y denunció nuestro amor por un Bs.As. todavía haciéndose presente en mi historia, nos conmovió cada vereda y cada parque, cada porteño y cada chino y nuestros primos y nuestros lugares sin nosotros. En alguna estación que hoy no recuerdo, pero ya acercándose el invierno, nos bajamos del tren para seguir en Kangoo, porque es así cómo vamos al sur…junio fue de vuelcos y revuelcos porque las camionetas tienden a querer volar y al no desplegarse las alas el aterrizaje es duro. Así nos alcanzó el frío, quietos y con la sensación de estar desalmados, un poco rotos de adentro y con ganas de acovacharnos, nos adentramos en un julio con demasiada gente aislada, con gripes y fiebres inventadas en otro lado, tiempos ociosos y adormilados. Y allí acurrucados cuando uno ni siquiera se da cuenta de los despertares, brotan los bulbos y las ganas de encontrarse, así se vino agosto y el encuentro con los compañeros de primaria. También nos encontramos con nuestra propia niñez y con quienes somos para así presentarnos nuevamente como nuevas personas. Aprendimos a decir que somos los mismos pero distintos. Nos intercambiamos imágenes de nuestros queridos para armar el rompecabezas de afectos que nos sostenían en esa mesa. Y así llegó una primavera de leyenda, un septiembre con música de flautas dormidas por casi 10 años pero no olvidadas en la partitura de mi vida. Y se desató un octubre lleno de música, lleno de fiesta, de sentir profundo, de pensar en alto. Arrancó de golpe, y como suele pasar en cada primavera, una brisa suave y fragante fue despertando cada pedacito de piel, estirando las arrugas que nos crecen en invierno. Y así también de golpe, se fue poniendo un poco revoltosa, queriendo convertirse en un huracán incontrolable que desbarata todos los corazones y es capaz de trastornar hasta el más dormido de los deseos. Así siguió noviembre, con ganas de seguir floreciendo las pasiones que fueron arremolinándose despacito, en cada clave de sol, de tu sol, de mi sol, de nuestro sol…y al fin llegó un diciembre, con más abrazos que brazos disponibles y con más encuentros que horas posibles para encontrarse, siempre con la muerte en la memoria y con otras muertes disponibles para encontrar. Así que uno aprende siempre a los golpes, que la vida es así tan frágil como encantadora, tan disfrutable como desechable, tan vibrante como apaciguada. Lo importante es no olvidarse de vivirla.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Nieto 98



Riega manantial el camino que siguen las abuelas…podemos tanto todas juntas, dicen, que esto de dar fresca agua no es sólo cosa de nutrir la tierra, es dar la esperanza de que todavía pueden amamantarla.

Abrir, apenas una ventana que alumbre el vientre. Abrirla para vislumbrar un cielo, tu cielo.

Cada abuela ovilla sus recuerdos de lana, los convierte en urdimbre, se clavan en el pecho de la tierra, campo arado.

Remendar los agujeros de las historias rotas, de las familias rotas y ayudar a tejer la telaraña de los sueños.

Gracias Mirian Luchetto, por dejarnos decir estas palabras con tu formidables pinturas...

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Atacazo romántico en esta primavera - Martí y mi cerezo



Con la primavera / viene la canción,
la tristeza dulce / y el galante amor.





Con la primavera / viene una ansiedad


de pájaro preso / que quiere volar.



No hay cetro más noble

que el
de padecer

Sólo un rey existe:

el muerto es el rey.



José Martí y mi cerezo



lunes, 21 de septiembre de 2009

Mientras haya en el mundo primavera - Gustavo Adolfo Bécquer


RIMA IV


No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!


Gustavo Adolfo Bécquer

domingo, 9 de agosto de 2009

Feliz día chicos!

Este dibujo es para todos mis amigos niños en su día. Pareciera que está hecho de acrílico y soledades, por esto de la ausencia de gente, de palabras y de pájaros. Sin embargo en el 88 que es cuando lo hice, estaba rodeada de niños que me llenaban de sol y a quienes aturdía con mis cuentos. Je, je! Por eso es que presumo están todos adentro de estos hermosos castillos encantados. En el campo sólo girasoles carruseleando.



Especial Día del Niño para Rodri y sus Amigos



Te acordás cuánto nos gustó este tema??????!!!!!!!

jueves, 23 de julio de 2009

Recorridos 1 - Paso sin peaje



Me despierto, domingo en Buenos Aires. Abro la ventana para disfrutar un aire fresco cargado de humedades. Me asomo al balcón a mirar los patios ajenos; los patios allá abajo son pequeños oasis. Por supuesto, me saluda un limonero y recuerdo al instante el de mi infancia, el del patio de la tía (algún día les contaré la historia del insólito recuerdo que tenía mi hermano, pero para eso deberán esperar a otro día). Ahora quiero dejarme ir con el tren que escucho a lo lejos, y los pájaros que siempre se dejan estar cuando es temprano y el tránsito no los guarda. Recorro las paredes enmohecidas, las enredaderas, los techos oxidados, las huellas que deja tanta lluvia acumulada en las cosas. No todo es tan viejo como parece aquí, es sólo que el agua desmemoria los años…

Y ahí la descubro: una escalera. Me encanta asombrarme y sonreir y jugar a darle un nombre a las cosas: “lo que une”, “salto de patio en patio”, “pase por el fondo”, “me la presta?”, “tiempo de limones”, “te apoyaste en mi medianera”, “ruta alternativa”, “colectora vecinal”, “paso sin peaje”…


miércoles, 24 de junio de 2009

Homenaje a Javier Villafañe - Feliz Cumpleaños N° 100



Javier Villafañe fue ante todo mi amigo. Hoy, 24 de junio cumpliría 100 años. Cada cumpleaños levanto una copa y brindo junto a una marioneta que mi madre me trajo de los pagos de sus padres, Praga. La marioneta de cerámica es el personaje de un viejito al que yo llamé naturalmente Javier.

A Javier lo conocí en los 80’ en un encuentro de narradores y le hice un reportaje para la radio en la que trabajaba, le conté que escribía, que coordinaba un taller literario que se llamaba Carrusel y que era cuentacuentos. En esa oportunidad lo ví vestirse de teatro y montar El Panadero y el Diablo sobre sí mismo. Me maravilló, pensar que estaba rondando los 80 años y provocaba una magia alucinante. Nos volvimos a ver tiempo más tarde cuando yo ya había adquirido todos sus libros a través de su amigo Pablo Medina. Por supuesto que Javier me recordaba como si nos hubiéramos visto el día anterior porque los poetas flotamos en una misma dimensión conocida. Esta vez, Carrusel había editado un libro propio y aprovechamos a dedicárselo, era una Feria del Libro en Buenos Aires. Javier estaba acompañado con su compañera Luz Marina y caminaba y hablaba muy despacio. Ese hombre con ojos de mares profundos, tenía aún espíritu andariego pero esta vez era un andar pausado parecido al de los sabios; con esta imagen me quedé por siempre.




Más sobre Javier

Este poema me marcó personalmente. Tal vez haya otros más fuertes más sabios más irónicos…pero este a mí me ayudó a pensar y a arrancar de nuevo, atando un hilo a lo más importante, por eso es que está aquí.


ATÁ EL HILO Y COMENZÁ DE NUEVO;

atalo a dos puntas,

al último pelo de la barba.

Es necesario

-tan después y siempre,

tan de antes-

estar atado a un hilo

-cordón de ombligo

cortado a uña o diente

o con tijera-.

El hilo

atándote de cuatro pies

al suelo.

El hilo de la mano que te lleva,

el mapa dibujado,

la montaña

y la ínsula

donde perdés la pureza,

el lago de la lágrima,

la gota en la pared.

El hilo sobre los pies seguros

caminando,

y es lo mismo otro barco

el mismo puerto

y olvidás algo en el umbral:

un impermeable,

y llueve.

El hilo de los ojos,

el hilo del deseo

-la noche por una calle larga

con los balcones altos

y las puertas cerradas-.

El hilo de saber que se corta

y atarlo haciendo nudos con remiendos,

atarlo a llagas,

a muletas;

trenzando el hilo,

dándole raíces

para que encuentre

un cuerpo

la forma de la tierra.

Homenajeando a Javier y a La Andariega. Acá cuento quién es, qué hacía, qué sentía ...



De oficio: titiritero (y con el mameluco puesto).

Pero algo más: fue un pionero en Argentina de este arte milenario que es el títere.

Pero todavía más: fue un creador, un poeta, un escritor (para chicos, para grandes, para todos!).

Pero también: era un amigo de los pájaros, de las palabras, los juegos y la vida. Y por sobre todas las cosas: fue un soñador y un buscador de sueños. Y el que sabe buscar, anda. Y él sabía de andanzas, era un trotamundos que no se cansaba de recoger historias ajenas (que recopilaba, juntaba, apilaba, editaba) y de contar las propias. Tenía una carreta llamada La Andariega y supo andar tantos caminos y cabalgar tantas aventuras que hasta hizo el camino del Quijote de la Mancha!

Decía Javier alguna vez hablando de los títeres de todo titiritero:-Son la continuación de sus manos, su sombra, la piel por la que respira y vive”.

Javier y Liber Fridman, dos amigos dos niños (1938)


Javier Villafañe y Venezuela

Venezuela ha sido su otra patria. Recuerda un diario de Caracas, su entrada al país:

“Cuando llegó al aeropuerto de Caracas en julio de 1967, el célebre titiritero argentino Javier Villafañe sacó a los aduaneros de sus casillas. Ataviado con su eterno overol gris –el único atuendo que se le conoce- declaró que llevaba en su mano izquierda “un paraguas ambulante para el sol, la lluvia o los rayos XX. En la otra tenía una pequeña valija, y dentro de ella, a Maese Trotamundos, Juancito, los Fantasmas, el Capitán, el Caballero de la Mano de Fuego, Trenzas de Oro, el Policía y el Diablo. Entonces, cuando estuvieron a punto de apresarlo por contrabandista de historias y fantasías, sus personajes (casi asfixiados) salieron de la maleta e hicieron una gran función. Aturdidos, asombrados por el despliegue del artista y sin saber qué hacer ante esa invasión de títeres, los incorruptibles guardias fronterizos hicieron la vista gorda ante ese extraño personaje.”

Extraje esta noticia de la impecable Antología de Javier Villafañe que hiciera su amigo Pablo Medina, ed. Sudamericana 1990.



Javier Villafañe - Premio Konex (Letras) 1984




Anécdota con "La Cucaracha" - Mi libro de Javier preferido

La tía gorda estaba por llegar en avión a visitarnos. Era muy viejita para entonces. Mi hermano, mi futura cuñada y yo la fuimos a recibir al aeropuerto y allí nos enteramos de que el avión aún no había podido despegar de Bs.As. merced a una tormenta, así que nos fuimos a una confitería del centro a tomar algo para que la espera sea más amena. Yo llevaba el libro de Javier “La Cucaracha” en el auto porque lo había empezado a leer y no lo había podido “soltar”. Como se nos venía una espera larga les propuse seguir leyendo el libro entre los tres, es decir en voz alta mientras tomábamos la leche. No olvidaré más esa tarde, fue larga y placentera. Los cuentos eran apasionantes y hacíamos una charlita entre uno y otro. Terminamos el libro y ya casi de noche volvimos a buscarla. Bajaron todos del avión menos ella. Era la época en que te dejaban esperar o despedir a los pasajeros en la pista de aterrizaje, allí estábamos los tres. Luego del último viajero, sacaron la escalera de descenso. Recuerdo la cara atónita que teníamos y la sorpresa cuando se desplegó una nueva escalerita en la parte trasera del avión. Hecha una reina bajaba la tía en silla de ruedas con un azafato. Allí llegaba, nos buscaba su mirada de ojos oceánicos, sus pelitos blancos se escapaban del pañuelo que llevaba puesto en su cabeza para atajar el eterno viento neuquino. Cuando se levantó de la silla la ví más chiquita que nunca. Nos dio abrazos y la mano para ayudarla a caminar, le toqué su piel de pasa transparente muy suave. Esta suavidad en las manos no tiene comparación ni metáfora posible. Será por tanta lana que pasó por ellas?

Javier Y Miró


Enrique Molina dice acerca de la poesía de Javier: “…hay algo en los textos de este particularísimo poeta que hace pensar en la pintura de Miró. Ambos mundos se corresponden.”

Para demostrar esto, les regalo un juego que armó Javier para todos nosotros. Siempre lo jugábamos en Carrusel.

Van primero las Instrucciones:

-Cortar los versos (por la línea de puntos). Guardarlos en un sobre.

-Cuando se quiera jugar, sacarlos, ponerlos en la palma de la mano, barajarlos o tirarlos sin barajar.

-Como caigan los versos van a tener siempre un poema. El poema se hace y se deshace y se vuelve a hacer y a deshacer, y se lee como cae. A jugar!



de lápiz de cuaderno de catedral sin pájaros

………………………………………………….

me hielo hasta detrás del frío

………………………………………………….

doliéndome su mano mi sombra

………………………………………………….

estoy llamándote

………………………………………………….

la sota y el caballo se escapan de los dedos

………………………………………………….

inventame un azul de tocar

………………………………………………….

donde señalo con el índice podés leer “te amo”

………………………………………………….

un zapato con ceniza y lluvia

………………………………………………….

un engaño en la selva

………………………………………………….

y la encuentro

………………………………………………….

su pequeña altura

………………………………………………….

de gata salvaje

………………………………………………….

es un viento de uvas en la frente

………………………………………………….

un ajedrez donde el alfil no es torre

………………………………………………….

en un humo mojado

………………………………………………….

la busco

………………………………………………….

de unos tigres

………………………………………………….

y la sigo buscando con ella al lado

………………………………………………….

enredaderas

………………………………………………….

unos hierros una lengua acariñando el ocio

………………………………………………….

bruja